Me resultó inevitable preguntarme: ¿vio James Gray la película de Ettore Scola, Una jornada particular (Una giornata particolare, 1977), para su Two Lovers (2008)?
No lo sé. Ahora bien: ¿Acaso no provocan ambas secuencias la misma sensación en el espectador? ¿No le conducen a la misma y lamentable conclusión? ¿Formalmente, no mantienen la misma estructura, acabando con un descanso de la acción en los edificios? ¿No hay una preferencia por grabar los rostros, las caras? ¿Sus personajes no responden a los mismos sentimientos e impulsos, aunque invertidos (él es ella y ella es él, en las dos películas)? ¿No consigue la fotografía, tan apagada, la misma impresión de pobreza (interior)?
Pero, sobre todo:
Siendo dos escenas de sexo: ¿cómo ningún desnudo, un subrayado en la excitación, una grabación del cuerpo desvestido?
Claro, no es ni gratuito ni fortuito:
Porque esto no va de placer por placer, sino de oquedad (en malsanos términos lorquianos). La cura se encuentra en la fricción de dos cuerpos que se amarran para paliar unos minutos de su solitaria existencia.
Una giornata particolare (1977):