Vivir abajo

27 de abril de 2013

“Vivo abajo”, responde Simon, el joven protagonista, cuando le pillan robando en la estación de esquí. “Vivo abajo”. Una frase que encierra la propuesta ética y estética de Sister (2012), la segunda película de la directora Ursula Meier, una película que se construye sobre el espacio físico, sobre el paisaje, metáfora social de una realidad actual y eterna: los de arriba y los de abajo.

Simon (Kacey Mottet Klein) y Louise (Léa Seydoux), dos hermanos de raíz dickensiana, mantienen una relación compleja. Ambos sobreviven con el dinero de los robos del joven, alma máter de la familia, mientras ella, incapaz de asumir su rol adulto, se dedica a ausentarse del hogar y a perderse con hombres de un modo un tanto ambiguo, como parece apuntar la secuencia en la que Simon quiere pagar a Louise por dormir con ella. Ursula Meier regresa, después de cuatro años, con una película que remite con fuerza a su primer trabajo, Home (2008), por sus aspectos formales, ligados a su trasfondo social. Si en Home la directora se servía del espacio para crear una metáfora social a partir del dentro-fuera ―una familia que vive al lado de una autopista cerrada se niega a abandonar su casa cuando la carretera se pone en funcionamiento―, en Sister hace lo propio con el arriba-abajo. Arriba, en la montaña: la estación de esquí, paraíso de los pudientes. Abajo, en el valle: un solitario bloque de pisos, residencia de los hermanos. Meier se detiene en los entornos: graba el edificio y contempla el paisaje nevado. Y en medio la carretera, como en Home, como barrera, como margen de dos realidades irreconciliables. La fotografía de Agnès Godard, que define el tono realista del film, refuerza esta división, enfrentando los colores apagados de la tierra con la tenue luminosidad de la pista de esquí. Y de este enfrentamiento formal nace el drama entre Simon y Louise, dos personajes incapaces de encontrase y de escapar de su mundo. Acaba, y Meier lleva al extremo esta dicotomía, situando la acción en un punto intermedio ―los ferrys de subida y de bajada―, en un limbo espacial, con un (des)encuentro fraternal que hace de Sister una película tan cruda como interesante.