Voyeurs

23 de julio de 2015


A pesar de las dosis sensacionalistas finales, que destacan por el abuso que Asif Kapadia hace de ellas (como mostrar hasta en tres ocasiones la camilla con el cuerpo de Amy Winehouse), Amy (2015) pasa rápido del documental al drama más humano, gracias sobre todo a los momentos en los que Kapadia decide congelar la imagen y tomar partido. Y en alguna de esas miradas fijas de Amy, donde nos mira, siento la incómoda sensación, y coincido con Carles Novellas, de estar asistiendo al "derrumbe de una vida sin haber sido invitada a ello".