La oquedad

18 de enero de 2010

Ésta es una película de actores. Una jornada particular (Una giornata particolare, 1977) no es una de las grandes películas del cine, uno de esos grandes clásicos, y, sin embargo, a mí me parece tremendamente buena. Y esa calidad, sin duda, se la otorgan los dos actores protagonistas: una bella, desvalida y majestuosa Sophia Loren, y un Marcelo Mastroianni tan dramático como enérgico. Soberbios ambos.

Mientras toda una multitud acude a la llegada de Hitler a la Italia fascista, Antonietta, madre de seis hijos y esposa de un irrefrenable facha, se queda en su casa a hacer sus labores. Grabriele, locutor de radio despedido por homosexual, se encuentra en su piso a punto de empuñar una pistola. El pájaro de Antonietta, que se ha escapado de su jaula y ha volado hasta el piso de enfrente, será la excusa para el encuentro de los dos desertores.

Una jornada particular está impregnada de ese sentimiento penitencial de la vida, en el que la risa y el divertimento son censurables en la más pura cotidianidad. Ella es presa de los ideales políticos de su marido, hasta se muestra convencida de ellos (elabora álbumes de fotografías fascistas, retratos con botones de los líderes políticos…). Él reniega de todo ello, con un espíritu liberal y atormentado por la Italia en la que vive. Pero una tarde de intimidad hará sombra a sus situaciones personales y políticas, con la radio de la portera metomentodo (y con bigote) omnipresente en todo el bloque de vecinos, retransmitiendo la efeméride fascista.

Poco más puedo desenmarañar: la trama es sencilla, muy sencilla, pero cómo se lleva a cabo es su virtud, con ese ritmo pausado (que no pesado) y con secuencias espléndidas: aquella en la que Antonietta pica al timbre de la puerta de Grabriele y le ofrece sus disculpas esperando de espaldas en el umbral; o la del tejado, con la pelea de sábanas entre los dos; o los gritos de él bajando las escaleras siguiendo a Antonietta; o la de Antonietta cogiendo la mano de Grabriele para que le acaricie sus pechos. Pero la más grande de todas es la relación sexual que mantienen. Hay que verla, me cuesta explicarla y describirla. Al final, el único recuerdo que quedará entre ambos serán un libro y unos pocos granos de café. Interesante, con todo, cómo sin ser una película histórica se retrata una época funesta de la historia universal. Una maravilla de Scola, altamente recomendable.






Reseña de Carlos Aguilar
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Antonietta es una mujer casada, madre de numerosos hijos, y mujer de un fanático; Gabriele es un locutor de radio a quien han despedido por homosexual. Ambos viven en el mismo bloque y ninguno de los dos acude al desfile que festeja la llegada de Hitler a Italia. Gabriele y Antonietta se encuentran y viven una dolorosa historia de amor que apenas dura unas horas. Gran película cargada de tristeza, melancolía y dramatismo con una pareja protagonista desarrollando la trama de manera genial en un duro mano a mano.