Videojuego coreano

5 de octubre de 2008

“Misticismo, poesía, días de escuela y un futurista dormitorio son solo algunas de las maravillas que podemos encontrar en este cuento maravillosamente realizado que es Oldboy (Oldeuboi, 2003). Thriller que funda sus pilares en tabúes edípicos, en la idea de que el destino es ciego, en el hipnotismo y en la fortuna, esta sobrecogedora película – parte acción, parte drama y parte thriller psicológico – abrió el cine coreano a un público más amplio de lo que estaba acostumbrado. La historia es más directa y conmovedora que la anterior película del director, Sympathy for Mr. Vengeance. Un hombre que permanece encarcelado durante quince años sin explicación alguna. Tras escapar, dispondrá tan solo de cinco días para encontrar a su captor.

Ese es el explosivo arranque de Oldboy, la elegíaca y violenta obra de arte del director coreano Chan-wook Park, basada a su vez en un cómic manga japonés de Garon Tsuchiya. El actor Choi Min-sik, que no utilizó dobles para las escenas de acción, se entrenó con todo rigor para interpretar al desafortunado prisionero Dae-su, un hombre que escapa de su prisión sin ventanas perforando la pared de un rascacielos como arte de magia. Una vez libre, quiere venganza, al estilo conde de Montecristo, y va en busca de su captor, quien ha sabido robarle a su hija, a su esposa e incluso su propia vida. Convertido en una máquina de matar que parece una versión coreana de Charles Bronson con peluca, Dae-su traba amistad con la atractiva encargada de un restaurante de sushi (Gang Hye-jung), con quien se relaciona tras comerse un calamar vivo y caer desmayado, boca abajo, sobre el mostrador. Ese es el estilo contundente de Oldboy. Es una historia compleja, pero presidida por una lógica que va desplegándose con claridad, fácilmente, con ayuda de diferentes flashbacks. Oldboy está montada a un ritmo que, en ocasiones, deja sin aliento, pero también ofrece la posibilidad de reflexionar, y sus coreografiadas escenas de lucha son tan innovadoras como sorprendentes; además, la violencia está al servicio de la trama. A pesar de su brutalidad es, en última instancia, una comedia negra que mezcla elementos de historias mafiosas y los misterios de la venganza.

Tras conseguir el Gran Premio del Jurado en Cannes 2003, el director sorprendió al público al dar las gracias a sus actores y después a los cuatro calamares que dieron su vida para filmar la escena del bar de sushi.”

Karen Krizanovich


Poco cine coreano he visto, pero leí referencias a Oldboy como obra de arte y no tardé en verla. No sé yo si considerarla obra de arte: tiene grandes aciertos, pero también algún fallo.

La historia es interesante –los quince años de encarcelamiento y la venganza posterior al ser liberado (no escapa, como dice Krizanovich)-, pero al moverse entre el hipnotismo, la película deja una neblina que no acaba de convencer. Este sería el punto débil de la película. Este y la monstruosa hormiga en el metro que, aunque la intención sea poética, me pareció más que prescindible. Por lo demás, casi todo son aciertos: la banda sonora de Jun-Seok Bang y Yeong-Wook Jo (Escuchar), perfecto hilo conductor; las escenas de lucha, sobre todo la gran conocida del corredor: tres minutos largos de pelea en travelling, simulando (sin intención por parte del director, eso dijo) los videojuegos en side-scrolling; la interpretación de los actores; los decorados futuristas... ¿Obra de arte? No lo sé, pero tiene grandes innovaciones que no dejan indiferente.